Mientras que el gobierno colombiano insiste en que la actual propuesta de reforma fiscal o tributaria no debería considerarse por ese nombre, sino una financiación por la pandemia, la cual ciertamente ha dejado un gran déficit fiscal para las arcas del estado, los sindicatos colombianos están convocando a una protesta masiva contra la reforma este 28 de abril.
“No se trata de una reforma tributaria, se trata de financiar y proteger socialmente al país en medio de la pandemia y para los próximos años, las consecuencias económicas que ha traído”, aseguró el presidente Iván Duque en declaraciones a Caracol Radio este 2 de Abril.
Sin embargo, muchos medios y analistas económicos han señalado que la reforma tributaria, en lugar de ser parte de una agenda de solidaridad social o una financiación por la pandemia, es un duro golpe contra las finanzas de las clases medias y populares del país.
Las diferencias entre Colombia y el resto del mundo
Y mientras que en Colombia se considera financiar el déficit público mediante mayores impuestos a la clase media y a los trabajadores, en otras partes del mundo, concretamente en la Unión Europea y los Estados Unidos están considerando mayores impuestos para las corporaciones multinacionales. En este sentido se ha pronunciado la secretaria del Tesoro Estadounidense Janet Yellen, quien está llamando por un impuesto corporativo mínimo global de al menos el 21%. La propuesta de Yellen y de los Estados Unidos ha recibido el apoyo del Fondo Monetario Internacional y de los líderes de finanzas de la Unión Europea. Adicionalmente, el gobierno de Joe Biden está planteando subir los impuestos para los individuos que ganen más de 400.000 dólares anuales y un impuesto especial para los milmillonarios, en un intento de obtener recursos suficientes para financiar el próximo gran programa de gasto para la infraestructura, la salud, la educación y la lucha contra el cambio climático.
En este contexto, el contraste entre la economía colombiana y las propuestas que se están planteando en las economías desarrolladas no podría ser más grande. Mientras que en las economías desarrolladas se ha planteado de manera insistente y consistente la necesidad de mayores impuestos a los que más ganan, en Colombia los grupos de interés y poder siguen insistiendo en que gran parte de la factura del gasto público la pague el ciudadano promedio del país por medio de aquellos impuestos que más golpean a las clases populares y que tienen el potencial de herir seriamente la demanda de bienes y servicios de consumo masivo y así frenar la recuperación económica.
IVA al chocolate, al café y al azúcar ya no va
Esta semana los medios de comunicación colombianos dieron a conocer que parte de la propuesta de reforma tributaria consistía en mayores impuestos de IVA a productos de la canasta familiar como el chocolate, el azúcar y el café. Ante la fuerte presión ciudadana y debido a las reacciones en contra de la propuesta del gobierno en la opinión pública nacional, el presidente Iván Duque anunció que le pediría al ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, retirar la propuesta del bloque de artículos que contendría la reforma tributaria.
La esperanza de un cambio político por cuenta de la presión ciudadana
El paso dado por el gobierno colombiano es un signo esperanzador para los sectores populares y de oposición de Colombia, los cuales pueden ahora sentir que las manifestación pública y la presión política si son dirigidas de manera correcta pueden desempeñar un papel importante al momento de estructurar las propuestas que el gobierno nacional tendrá que presentar ante el Congreso. Si la presión de los sindicatos y de la opinión pública nacional se incrementa y gana apoyo ciudadano, es probable que las reformas que se logren sean más favorables al ciudadano del común. Sin embargo, esto aún está por verse y el proyecto de reforma tributaria a penas empieza su largo camino en el legislativo.
Con información de Portafolio.
