*En la imagen, sede central de la OCDE, organización en la que se debate el impuesto corporativo mínimo global entre las economías más desarrolladas del mundo.
El presidente Joe Biden planea elevar los impuestos corporativos a las empresas estadounidenses y poner así final a cuatro décadas de caídas en los impuestos corporativos a nivel mundial.
Los gobiernos a nivel mundial están desesperados por elevar los ingresos vía impuestos para reconstruir las economías devatadas por la crisis del coronavirus y los impuestos a las empresas se han convertido en el objetivo obvio después de cuatro décadas de caída mundial en los impuestos corporativos.
Para financiar el plan de 2 trillones de dólares para reconstruir la infraestructura, Biden quiere elevar los impuestos corporativos del 21% al 28% y desescalar los huecos fiscales que permiten las compañías generalmente usan para rebajar sus tarifas fiscales.
Aunque debe decirse que no hay garantías de que el congreso aprobará esta alta tasa, ya que el 28% podría ser mucho más alto que el promedio de impuestos corporativos que el actual promedio del 21% para los países miembros de la OCDE basada en París, el grupo de las naciones más industrializadas del mundo.
Sin embargo, esto está mucho más por debajo del 46% que las compañías estadounidenses pagaban en la década de los ochenta antes de que las revoluciones promercado de Reagan y Thatcher empezaran a sacudir el mundo e incendiaran una competencia entre naciones para bajar los impuestos corporativos a nivel mundial.
Alemania y Japón incluso tenían impuestos corporativos por encima del 50% antes de que la revolución neoliberal comenzara.
“Es el momento de que las corporaciones estadounidenses y los mas ricos de Estados Unidos, el 1% de los estadounidenses más ricos paguen su parte justa- simplemente paguen su parte justa”, dijo Biden a la sesión conjunta del Congreso este miércoles.
Estados Unidos no estará solo en este propósito, en la medida en que Reino Unido está planeando subir sus impuestos corporativos por primera vez desde 1972, los cuales harán que las empresas más grandes y rentables empiecen a pagar un impuesto de renta corporativa del 25% desde el 2023, arriba desde el 19% anterior.
Mientras tanto, 140 países están negociando en la OCDE para acordar para mediados de 2021 un impuesto corporativo mínimo global para hacer que las multinacionales detengan sus estrategias de relocalización de sedes con el fin de pagar menores impuestos, como en el caso de las empresas que ponen su sede en Irlanda, país que tiene un impuesto corporativo de apenas el 12.5%.
La administración Biden ha sugerido que el impuesto mínimo global sea del 21%, una cifra que ha encontrado el apoyo de las economías europeas como Francia y Alemania, incluso aunque se encuentera muy por encima del 12.5% que se paga en Irlanda y que es la propuesta de impuesto mínimo que hasta ahora había sido debatida.
Con información de Reuters.