El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, presionará a los líderes del G7 para que tomen acciones concretas para contrarrestar la creciente influencia global de china.
Este sábado 12 de junio es el segundo día de la cumbre anual del grupo, en la que se están discutiendo temas como el papel geopolítico que juegan cada uno de los actores de este grupo y el desempeño de la economía mundial.
Uno de los pasos será una iniciativa de infraestructura global llamada “Construir de nuevo mejor para el Mundo”. El multimillonario plan, del cual ya se han anunciado algunas partes con anterioridad, se dirige a crear lo que la Casa Blanca describe como la alternativa de más alta calidad al proyecto de infraestructura de China “One Belt One Road”.
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Una alternativa a la Nueva Ruta de la Seda
China ha estado desarrollando rutas marítimas y terrestres entre Asia y el resto del mundo por casi una década. Los críticos alegan que el país también ha buscado apalancar estas inversiones para construir una red de influencia política y acallar a aquellos que son críticos con su liderazgo y sus instituciones.
El nuevo plan del G7 será financiado en parte por las contribuciones existentes de los Estados Unidos para los proyectos internacionales, por medio de instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La administración Biden también planea trabajar con el congreso para incrementar las contribuciones de Estados Unidos a las herramientas de financiación del G7 para el desarrollo.
“La esperanza es que, juntos, los socios del G7, el sector privado, y otras partes interesadas, podamos pronto catalizar de forma colectiva cientos de miles de millones de dólares en inversiones para la infraestructura para las naciones de bajos y medianos ingresos que lo necesitan”, dijo un alto funcionario de la administración Biden, quien pidió permanecer anónimo ante los reporteros este viernes.
Los asesores de la administración Biden insisten en que el proyecto no se trata de hacer que los países tengan que elegir entre China y Estados Unidos.
“Esto se trata de ofrecer una visión alternativa y afirmativa, así como un enfoque para que ellos puedan elegir”, dijo otro funcionario de la administración a los reporteros en la conferencia de prensa de este viernes.
“Lo que estamos promoviendo es una agenda de confianza positiva enfocada en unir a los demás países que comparten nuestros valores en los temas que más nos importan”, dijo el funcionario.
Preocupaciones por violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang
La tarea más desafiante de Biden este sábado será convencer a los líderes del G7 de tomar pasos concretos para enfrentar lo que Estados Unidos llama el “genocidio y los crímenes contra la humanidad” que China está cometiendo contra la predominante población Uighur en la provincia de Xinjiang.
Pero en vez de presionar a los líderes del G7 para simplemente condenar el tratamiento de China a los uighures, Biden tomará un enfoque más diplomático. El presidente argumentará que China ha usado el trabajo forzado de la población uighur para impulsar su competitividad económica.
Biden “dejará claro al mundo que nosotros creemos que estas prácticas son una afrenta a la dignidad humana y un horrible ejemplo de la injusta forma que China tiene de competir”, un funcionario de la administración Biden dijo. “El punto es enviar una llamada de alerta señalando que el G7 se toma muy en serio los derechos humanos, y que necesitamos trabajar juntos para erradicar el trabajo forzado de los productos que consumimos y que provienen de China”.
Pero no hay garantía de que Biden será capaz de convencer al resto de sus socios del G7 para que tomen acciones concretas respecto a China.
Vacilación entre los miembros del G7
No todos los miembros del G7 tiene la voluntad de ser tan combativos hacia China como pide China, según dice Denny Roy, un académico del Centro East-West en conversaciones con The South China Morning Post.
“La mayoría quiere tener una relación económica constructiva mientras se opone silenciosamente a ciertas prácticas de China”, dijo Roy. “Incluso Japón, país que generalmente es más contrario hacia China, ha sido vacilante al momento de firmar sanciones contra China en consideración con su trato de la comunidad uighur en la región de Xinjiang.
Y en la mañana del sábado no era claro si China sería mencionada por su nombre en una eventual declaración pública, la declaración que los líderes del G7 harán el domingo que se conoce oficialmente como el comunicado.
“Estamos tratando áreas específicas como Xinjiang, donde el trabajo forzado está teniendo lugar y donde tenemos que expresar nuestros valores como G7”, dijo un alto funcionario de la administración Biden durante una rueda de prensa. “Pero es demasiado pronto para decir que eso estará en el comunicado final”.
La respuesta de China
China está observando las reuniones del G7 muy atentamente, y al principio de esta semana un vocero de Beijing habló del plan de Estados Unidos para poner a China en centro de la agenda del G7.
“Esta confrontación y estos ánimos de confrontación están en un camino de muy mal asesoramiento”, dijo el vocero del ministerio de relaciones exteriores chino Wang Wenbin en una conferencia de prensa. “Perseguir políticas de bloque, como una banda, y formar grupos pequeños de acción es una práctica impopular y está condenada al fracaso”.
La posición de la OTAN
Las reuniones del G7 finalizan este domingo, después de las cuales el presidente Biden viajará a Bruselas, donde él asistirá a la cumbre de la OTAN este lunes. Allí, también, los Estados Unidos abogarán por una estrategia para contrarrestar la influencia global de China.
Un funcionario de la administración Biden dijo que la cumbre marcará la primera vez que las naciones de la OTAn “enfrentarán de manera directa el desafío de China en un comunicado conjunto”.
Pero se espera que Biden también enfrente otros desafíos en Bruselas, así como los desafíos que el tiene justo ahora en la cumbre del G7: la vacilación de muchos países europeos a poner sus lazos económicos con China en riesgo al confrontar directamente a China sobre sus acciones maliciosas y sus supuestas violaciones de derechos humanos en la región de Xinjiang.
El martes, Biden se reunirá con los líderes de la Unión Europea.
Después de todas estas reuniones, se espera que el presidente Biden se reúna con su homólogo ruso Vladimir Putin el 16 de junio en Ginebra, Suiza.
Con información de CNBC.