¿El sueño de todo emprendedor es cambiar el mundo o ganar dinero? ¿O podrían ser ambos? ¿Hacerse rico significa más coches y casas, pero también invertir en esas personas, ideas o tecnologías que cambiarán el mundo? O más aún, ¿Esto no viene al caso?
Según el lugar del mundo en el que te encuentres hoy, es posible que tengas una respuesta diferente. Tengo una visión romántica de las empresas emergentes y la innovación y creo que el espíritu empresarial no se trata de ganar dinero. O mejor dicho, el espíritu empresarial consiste en generar capital para un grupo de personas u organizaciones. Este poder recién adquirido se puede utilizar para impulsar el cambio que la mayoría de nosotros queremos ver en el mundo.
Algunos de ustedes podrían argumentar que 2020 podría ser el año en que una pandemia global ha cambiado las prioridades. Pero si este año no impulsa esas interrupciones que deberíamos haber experimentado hace algunos años, ¿Qué lo hará? Yo diría que 2020 es el año en que tu idea de cambio, cualquiera que sea, necesita ser probada y, por lo tanto, construida.
Si miramos los números, la mayoría de las startups fracasan hoy. Según datos de Dealroom.co, desde abril de 2020 había entre 30.000 y 50.000 empresas emergentes en fase de prefinanciación en Europa. De estas, aproximadamente 5.700 alcanzan la etapa de pre-semilla o semilla y solo 2.800 llegan a la serie A, es decir a financiarse completamente. Estos números muestran en primer lugar lo difícil que es construir negocios duraderos. También podrían enseñarnos otra lección: que el objetivo número uno de las nuevas empresas no debería ser impulsar el crecimiento sin importar qué, sino prosperar junto con las comunidades o ciudades en las que uno opera.
Para probar aún más mi punto, aquí hay varios ejemplos de lo que muchos emprendedores han experimentado y cómo transformaron sus ideas en negocios prósperos en solo un par de años.
Índice
Cuando los motores de búsqueda plantan árboles
Las últimas generaciones no han vivido nada parecido a esta pandemia, pero sobrevivieron a la caída de un muro (En Berlín), a varias revoluciones y guerras (Iraq, Afganistán, Siria). Y en la ciudad donde un muro solía dividir a sus ciudadanos, Berlín, nació un modelo a seguir. Y esa es Ecosia. La empresa fue fundada en 2009 por Christian Kroll. ¿Quién hubiera pensado hace algunos años que un nuevo motor de búsqueda podría tener éxito en la era de Google, o que nuestras búsquedas diarias en línea pueden plantar árboles?. En septiembre de 2020 la compañía generó más de 1.400.000 euros y plantó y plantó más de 3 millones de árboles.
Cuando la impresión 3D salva vidas
Otra idea que hace unos años parecía una tecnología genial, solo viene de 3DHubs. La empresa fue fundada en Ámsterdam en 2013 por Bram de Zwart y Brian Garret.
3DHubs nació cuando Bram era estudiante y tuvo la idea de usar impresoras 3D para hacer productos finales. Su objetivo era alejarse de la producción centralizada y basar la fabricación en los países donde esos productos se utilizaban realmente. Siete años después, la empresa está prosperando y ha jugado un papel importante en los primeros días de la pandemia. 3DHubs ha producido protectores faciales para hospitales de todo el mundo, recaudando miles de euros de su comunidad en marzo de este año. Hoy en día, la tecnología se puede utilizar para todo tipo de fines de producción 3D, pero también para construir puentes dentales o prótesis.
Cuando las baterías construyen un futuro más verde
Cuando normalmente pensamos en baterías, visualizamos la cadena de valor, sus complejidades y el impacto negativo en el medio ambiente. Pero ahora tenemos una empresa como Northvolt. Northvolt tiene la misión de crear la batería más ecológica del mundo.
Northvolt es una empresa con sede en Estocolmo fundada en 2016 por Peter Carlsson y Paolo Cerruti.
Actualmente, la empresa opera desde diferentes sitios en Europa. Para lograr su misión, Northvolt está construyendo un proceso que asegura su sostenibilidad de principio a fin. Su cadena de valor está libre de conflictos, su fabricación funciona con energía 100% renovable y todas las baterías son reciclables. Están utilizando su última financiación para construir su primera planta de baterías en Skelleftea, Suecia, que está previsto que comience a producir en 2021.
La conclusión
Todas estas ideas y tecnologías parecían muy inverosímiles hace solo unos años. 2020 ha reforzado sus modelos de negocio y ha demostrado cuánto necesitan estas tecnologías nuestras economías y sociedades. Ellas no son simplemente ideas “agradables” que ganan premios y no son tomadas en serio por los inversores o la sociedad en general. Se han convertido en tecnologías centrales; lo que podemos aprender de sus historias es que: fundar una empresa se trata de construir el éxito mientras se resuelven desafíos ambientales, de salud o energéticos. En otras palabras, el éxito no debe excluir generar un impacto positivo en nuestras ciudades y comunidades.
Con información de EU Startups.